viernes, 30 de diciembre de 2011

FELIZ AÑO

JAJAJAJJAJAJAA ¡Dentro de nada... Nochevieja, ¿eh? ¡Qué estrés! Yo en nochevieja me siento... me siento... no sé, me siento como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo. El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: Tienes que llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa,preparar las doce uvas... Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas: - Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Esta pocha ya la he contado... Una, dos... siete, ocho... ¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo! Y tu madre: - ¿Queréis venir, que se enfrían las gambas? Que esa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa... Y antes de las doce!; que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás desactivando una bomba. - ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya! Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están Ana Obregón y Ramón García, explicando a toda España como funciona un reloj. Acojonados por si se equivocan: - Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también.. serán las doce. ¡Coño, como todas las noches! - Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh? Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que nos comamos las uvas en los cuartos y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése? Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... <> > es la bola>>: cla, cla, cla... Din-don... - ¡Ah no, que son los cuartos! Din-don... - ¡Escupid que son los cuartos! Din-don... - Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué? Din-don... - Los cuartos... Ton... - ¡Ahora, ahora! Ton.. - ¡Una! - ¡Que no, que vamos por la segunda! Ton... - Pues me meto dos... Ton... - Seis... - ¿Cómo que seis? Ton... - A mí ya no me caben más, ¿eh? Ton.. -¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón! Ton... - ¡Es que se me ha caído una al suelo! Ton... - Bgrfds... Ton... - Bggggdffffff... Ton... - A mí ya no me quedan... Ton... - Bgggggdffffff.... - ¡Pues a mí me sobran cuatro! Ton... - Bfgggggggg, grounfffffff... Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse besos: - Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd... Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing! - ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar? - Pues a mí todavía me sobran dos... - ¡Champán, que alguien abra el Champán! Pero, bueno, ¿a vosotros os parece lógico empezar el año así? ¡Qué estrés, de verdad! Pero como es Nochevieja... tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben! ¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo! Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo,tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo: - ¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!! Y, claro, que vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja... ! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta y llevas cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver como escapas de ésta! Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido. Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla... Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y me tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total! Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: cagao! Y en ésas, me desmayé. Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían esenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia. Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza... ! El tío te dice: - ¿Qué ha sido? ¿Con una moto? - No, con una conga. - ¡Ay!, si es que van como locos con las congas... Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto... - Oiga, póngame un chocolate con churros. - Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! Había un gordo que llevaba un casco de vikingo... ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿Cuándo vas a disfrutar? FELIZ AÑO 2012





miércoles, 14 de diciembre de 2011

Take care

Menú para hoy, menú para mañana, menú para todos los días yo te recomiendo ser feliz.



     El secreto de la felicidad no es encontrarla, es tan sencillo como vivir en ella.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Tarde de sábado

Salí de casa, sabía que iba a llegar un poquito más tarde que a y cuarto en punto. Pero tampoco quería llegar antes ya que no quería agobiarle, así que mi salida fue mas o menos perfecta pero no preparada. Cuando caminaba, sentía frío en las manos por lo que cerré los puños y resguardé mis manos en mi anorak, chispeaba pero llevaba mi gorro por lo que no me preocupé, caminé tan rápido que luego pude notar el calor que desprendía mi cuerpo, unos calores terribles, mucho me temía que mi cuerpo estaba a cuarenta grados pero eso era imposible, hubiese muerto de fiebre, que tonterías digo, a pesar de todo, todo fue estupendo, me sentía genial. Pero llegaba la hora, de despedirse hasta un par de días, a la rutina de echarle de menos.
En el cruce, en frente de la gasolinera, con la tenue iluminación de las farolas de la calle y los ruidos de los vehículos de la carretera. De noche, con frío. No quería que ese momento terminara, quería permanecer toda la noche junto a él, que digo toda la noche, siempre. Porque poco a poco como quién dice es mucho tiempo pero poco para nosotros como decimos, ya que nos queda un siempre juntos. Lo que decía que poco a poco se va haciendo un hueco en mi corazón, bueno un buen sitio con su inmensa habitación y todas sus comodidades porque no se va, se queda siempre en la habitación, no sale, nunca sale, ni en los momentos malos para abandonar, ni en los momentos buenos para irse de fiesta, nunca se va, se ha clavado aquí dentro como nadie ha hecho. Y reconozco que me encanta. Y reconozco que ya te estaba echando de menos antes de despedirnos.
Te quiero

lunes, 5 de diciembre de 2011

¡Vuelvo a casa por navidad!

Ahora no sé ni que hacer, estudios, estudios y estudios, estas semanas agobiantes, que ahora me desmotiva aún más porque veo que no hay resultados. Me puedo saber un tema a la perfección que luego en el examen me haga un cacao mental con un comentario de texto y a la mierda todo, o unas operaciones que te quedas what the fuck? o simplemente una asignatura que no he estudiado en mi vida, y es tan básica como nuestro propio lenguaje. Desesperación? Sí , tal vez lo podría llamar así a recurrir a escribir sobre esto. Porque no aguanto más mi cabeza no da más de si, pero queda el último examen, el último empujón como quién dice, se que están por llegar, todo el mundo habla de las navidades, de los preparativos, del centro, de villancicos, de adornar la clase, pues en mi casa no se pone el árbol hasta el último día y ya casi ni se pone. Añoro aquellos tiempos, de incluso el mes antes, subiendo todos los bartulos para adornar la casa, para percibir ese espíritu navideño, que no percibo en estos momentos. ¿Cómo voy a percibirlo si me paso las tardes y los fin de semanas en casa? La pregunta me responde y no con gusto. En mis labios cesa sin cesar la frase ''En dos semanas me dan las vacaciones'' gloria de vacaciones. 
Quiero salir, cantar villancicos, aunque yo los canto incluso en Mayo. Son vacaciones únicas, en invierno, frío, mucho frío por favor. Nieve si me pongo a pedir, y luces, luces que se vean de las calles, casas, balcones adornados, el típico Papa Noel del concesionario de mi esquina que canta 'Jingle Bells' . Gente, rodearme de mi gente, de ellas, de ti. De reírme por las calles de Madrid, de cogerte de la mano, asustar al primer amargado que vea y gritarle muy alto ¡Feliz Navidad! . Lo que si tengo muy claro es que voy a aprovechar al máximo esas navidades. 


¿Vuelvo a casa por navidad?  Sí, volveré del planeta estudios.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Agosto

Genial genialisimamente genial.


Dormir y sentirte pequeñita al lado suyo